martes, 21 de julio de 2009

La Escultora

A el le deslumbraron sus ojos, a ella le atrajo su cuerpo semi desnudo. Parecia el hermano de la Venus pero todavia sostenia unas gafas de sol, mas no tenia cabeza solo su boca. Que se antojo le decia cosas maravillosas desde las rocas. Quizas el mar no permitia que las entendiese todas y entonces hizo uso de sus facultades extrasensoriales para poder concebir en su ser. Pero lo vio claro, tan claro que pudo llegas a sus entranyas, derramrlas y poderlas contar y poner clara su idea. Poco a poco iria tomando cada pieza que se le ofrecia para poder tener la total suma de las partes y luego hacer el ejercicio de armarlas. Cuanto le tomaria, desconocia. No sabia cantidad de informacion solo retazos escogidos al azar. Filtrados con tanto cuidado por aquel fino tapiz cual seda pintada a mano por un gran artesano. El consciente. Habia que adivinar, no era facil tarea, la de adentrarse en la salvaje selva de sus pensamientos, y escudrinyar el principio de la soga, que tejia grandes nudos y pequenyos. Los iria desatando y sus colores se desplegarian cual arco iris luego de una tempestad. Habia olor a yerba recien cortada, a tierra mojada, a flores nunca imaginads y unos suenyos que nunca se atreverian a atisbar la superficie. Estos por puro asombro se dejaron ver esa tarde. No sabia como. No importaba. La cantidad de data iba desplegandose cual niebla al darle el sol caliente de la manyana.

Asi solapadamente lo iria descubriendo y sacandolo al espacio sideral con la ayuda de aquel ser que por arte de magia se le habia puesto de frente. No entendia muxo pero algo intuia. Iba por el camino correcto sin mapa, pero segura de llagar a un lugar donde poder terminar de moldear su mas imponente obra, el.

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